martes, 12 de octubre de 2010

Una huerta en la terraza

Idrealista siempre, hacía un tiempo que llevaba queriendo tener una huerta.

Al principio era yo la que me quería ir a vivir al campo: una casita, un campo, una huerta.

Después de mucho deambular y observar, pensé que lo que yo quería era un capricho y una infantilada. Abandoné la idea.

Pero entonces, llegó Torrent de l'Olla, y el señor que tenía la huerta en el patio. No era una huerta cualquiera, sino que tenía un árbol melocotonero, que nos regaló melocotones (con los que Ana hizo una mermelada buenísima, por cierto).

El caso es que entonces empecé a pensar en las posibilidades reales de tener una pequeña huerta, para probar.

Y llegaron las primeras semillas -que me regaló Eugenia cuando me mudé-, el primer libro y los regalos de los amigos con huertas -el laurel de eva- o sin ellas -la albahaca de Cris-.

Y lo que empezó como una idea, se ha ido construyendo en una realidad.

Este espacio lo he creado para mi propia autogestión y reflexión acerca de este pequeño pedacito de tierra, que empieza a dar sus furtos.






(La terraza antes de las obras, hace un año, y Chispas)

1 comentario:

  1. Hola guapa. Me encanta tu blog!

    Hace un tiempo que yo he pasado de mi huerto en terraza pues en invierno me compré un invernadero pequeñito y la nieve lo hundió y se aplastaron todas mis plantitas :(... Pero en cuanto pueda vuelvo a empezar.

    Lucía.

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